miércoles, 25 de diciembre de 2013

AGOSTO 2011. La Piedad.

 En la búsqueda de pretextos o temas para representar, siempre estuvo presente en mi persona la elección de temas bíblicos, con los cuales buscaba reflexionar sobre la condición humana al mismo tiempo de reinterpretar la imagen clásica. Así es como nace esta pieza del 2011, titulada: "La Piedad". 

 En la pintura podemos apreciar a la madre abrazando a su hijo recién muerto y al culpable acercándose al grupo con cierta naturalidad y rapidez, dado el parecido del color de piel y otros elementos similares podemos deducir que se trata de unos hermanos, cada uno domina un elemento diferente, el yacido posee cola de pescado que nos revela su estado natural en el agua, mientras que el otro tiene raíces en vez de piernas y en la cabeza le brota una tormenta. Lo que les llevo al asesinato pudo ser su estado natural de siempre estar en batalla, del alma del primero podemos ver todavía su alma estallar convirtiendo a su paso en flores el aire. Así su muerte cumple una función vital que ni el llanto de su madre puede evitar. Su destino es procrear la vida que habrá de dar muerte en un ciclo sádico y morboso, pero natural. Pareciera gritar de su rostro sin boca: ¡¡¡Por piedad!!!, ¡¡¡Ya no más!!!